Opto por no esperar nada de ti.
No esperaré las típicas promesas
ni te pediré más tiempo, atención ni cariño del que estés dispuesto a entregar.
No intentaré convencerte de qué
no todas las mujeres somos iguales, ni de que si ahora elijes estar sólo es una
decisión completamente tuya.
Te darás cuenta por ti mismo,
algún día, que yo tan sólo he pagado platos rotos que no me corresponden; así
como yo te hago lo mismo en cada acto de desconfianza.
Imagino que tu corazón está tan
roto como el mío y que una de las tantas e inimaginables vueltas de la vida nos
llevaron ser capaces de vernos en este preciso instante a pesar de que estuvimos
rondando el mismo camino por años.
Supongo que no necesitas mas de mi tiempo, de mi atención ni de mi cariño. Supongo que estoy demasiado asustada como para dejar de pensar; como para dejarme llevar completamente; como para no querer huir a ratos.